Jose Luis Hormaechea « La sensación es que la democratización de la información geoespacial, entendida como el acceso y uso universales de ese tipo de información, es un proceso irreversible»
17 de enero de 2024Carolina Malisia «la asociación de información a una coordenada geográfica, permite enriquecer el proceso de la toma de decisiones»
17 de enero de 2024Colaboración:
Lic. Camila Cantero; Mgter. Arq. Rocio Segovia; Tec. Valentín Rodríguez.
Álvaro Monett, nació en Santiago de Chile y es geógrafo egresado de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Gran parte de su vida profesional ha girado en torno a la gestión de información geoespacial y las infraestructuras de datos geoespaciales. El trabajo en estas materias le ha posibilitado visitar muchos países, conocer distintas culturas y cultivar el afecto con muchas personas.
Álvaro nos gustaría que nos comentes cuáles fueron los motivos que te impulsaron a estudiar geografía y, según tu perspectiva, qué rol desempeña el/la geógrafo/a actualmente en la sociedad.
Mi pasión por la Geografía despertó en mi más temprana niñez. Recibí de mi abuela una enciclopedia de 12 tomos con muchos mapas y mucha información que me llamaba la atención. A los cuatro años de vida mi mamá me encontró en el estar con todos los muebles en desorden y un gran planisferio dibujado en el suelo con hilos de lana de distintos colores. Con papel transparente pasé casi toda mi infancia calcando mapas de diversos países y leyendo su información estadística en libros y almanaques.
Ya con estos antecedentes y mi obsesión por recorrer caminos, a llegar siempre a los lugares más recónditos e inaccesibles, disfrutar la naturaleza y la vida al aire libre, no me quedó más que estudiar Geografía.
Una vez en la universidad, aprendí que la Geografía era mucho más de lo que yo inicialmente pensaba. Una ciencia que estudia el “dónde” de las cosas, una ciencia que integra diversas disciplinas en el territorio, una ciencia que permite ordenar y planificar, una ciencia que aporta al bienestar de las personas.
¿Qué nos podes contar sobre el proceso de constitución y consolidación de la IDEChile y qué puntos de contacto encontrás con IDERA?
La historia de la IDE de Chile es muy bonita. Las primeras discusiones para instalar una coordinación interministerial se iniciaron en el año 1999 y tuvieron su primera formalización en un instructivo presidencial en el año 2001, que ordenaba el inicio de un proceso para establecer en Chile el Sistema Nacional de Información Territorial, conocido hasta el día de hoy como SNIT. Ese instructivo entregó al Ministerio de Bienes Nacionales la responsabilidad de conducir el proceso y avanzar en la elaboración de un inventario de la información territorial. Igualmente, la instalación de una mesa de coordinación interministerial integrada por representantes de ocho áreas temáticas (recursos naturales, infraestructura, patrimonio, social, información territorial básica, propiedad y otras dos que no recuerdo pues me estoy poniendo viejo).
Esta forma de organizar el trabajo creo que favoreció mucho el sentimiento de apropiación de la iniciativa geoespacial nacional por parte de diversos actores. Igualmente, el inicio en la conformación de una comunidad de práctica que fue creciendo de manera ininterrumpida, que ha sido el cimiento de lo que hoy es la IDE de Chile. En esa época, desde Chile mirábamos la experiencia de otros países como Canadá y Colombia, que sirvió para ir dando dirección a los procesos y poner en práctica los conceptos de una infraestructura nacional de datos geoespaciales. Ya el 2006 el SNIT se creaba formalmente por un Decreto Supremo, que dio más fuerza un modelo de gestión colaborativo, distribuido y descentralizado que opera hasta el día de hoy.
Después de participar en tres jornadas IDERA, en Catamarca, Córdoba y la Pampa, y mantener una larga relación de trabajo y amistad con su equipo coordinador desde distintos roles que me ha tocado desempeñar tanto en el ámbito nacional como internacional, puedo apreciar algunos notables puntos de encuentro entre la IDE de Chile y la IDERA. El primero de ellos, y que llama mi atención, es el tamaño y el entusiasmo de la comunidad geoespacial. En ambos casos, muchísimas personas de diversos organismos públicos y académicos. En segundo lugar, la activa participación de los territorios: las regiones en el caso de Chile y las provincias en el caso de Argentina. Tercero, grupos de trabajo interinstitucionales y jurisdiccionales que abordan temáticas diversas. Cuarto, un masivo encuentro nacional que se lleva a cabo una vez al año. Quinto, por años, una activa participación en la comunidad regional de información geoespacial materializada en UN-GGIM: Américas. Creo que la IDE de Chile y la IDERA han ido creciendo de manera sostenida y compartiendo de manera generosa sus logros y desafíos.
En línea con lo que mencionaste ¿Qué es el Marco Integrado de Información Geoespacial y por qué es importante implementarlo en Argentina? ¿Cómo es la situación en otros países?
Cuando los países comenzaron a establecer sus infraestructuras nacionales de datos geoespaciales no había lineamientos formales de trabajo. Cada uno elegía su camino buscando referencias en países más avanzados, investigando documentos y estableciendo vínculos entre sus agencias geográficas y otros organismos gravitantes en materia de generación o uso de información geoespacial. En general eran procesos lentos, no exentos de obstáculos y generalmente de difícil comprensión para quienes tomaban decisiones a niveles institucionales más altos.
Hoy día la gestión de la información geoespacial está posicionada al más alto nivel en la Organización de las Naciones Unidas. Reportando al Consejo Económico y Social (ECOSOC) existe un Comité de Expertos en Gestión Global de Información Geoespacial (UN-GGIM) que entrega lineamientos para que los países puedan fortalecer el manejo de la información geoespacial para dar soporte a la toma de decisiones y las políticas públicas en temas prioritarios para cada país, con un especial foco en el desarrollo y sus dimensiones social, económica y ambiental.
La agenda de trabajo de este Comité de Expertos aborda un conjunto de tópicos relevantes, tales como la integración de información estadística y geoespacial, el apoyo de la información geoespacial a la gestión de desastres, el establecimiento de acuerdos institucionales y políticas, el soporte geoespacial al desarrollo sostenible, la administración de tierras, y el uso de estándares, entre otros.
Dentro de esta agenda, el lineamiento mayor es el Marco Integrado de Información Geoespacial de las Naciones Unidas (UN-IGIF), que propone un conjunto de acciones y herramientas para fortalecer las iniciativas geoespaciales nacionales sobre la base de nueve vías estratégicas referidas a gobernanza, políticas, financiamiento, datos, innovación, estándares, alianzas, capacitación y comunicaciones. Este marco no reemplaza a las infraestructuras nacionales de datos geoespaciales. Apoya su desarrollo y crecimiento incorporando nuevos enfoques y aproximaciones, en el contexto de la modernización y un ecosistema de datos más amplio y diverso.
En virtud de lo anterior, la implementación del UN-IGIF en Argentina, viene a fortalecer la IDERA y sus líneas de trabajo plasmadas en su plan estratégico nacional. En este caso, alineándolas con acciones específicas propuestas en la guía de implementación del IGIF.
La forma de implementar el UN-IGIF puede variar de acuerdo con las circunstancias de cada país. Se puede plasmar en los contenidos de una política nacional, un plan de acción, un decreto, u otro documento que apoye la sostenibilidad y efectividad de la gestión de la información geoespacial.
Conociendo la geografía chilena y los procesos naturales que la constituyen (actividad volcánica, movimientos sísmicos, tsunamis) ¿Qué relevancia cobra la comunidad de la IDE Chile para pensar en la Gestión del Riesgo de Desastres?
En un país como Chile, al igual que muchos otros lugares de la región de las Américas y el mundo entero, la información geoespacial es vital para dar soporte a la gestión que realizan las oficinas nacionales de emergencia y otros organismos públicos, antes, durante y después que ocurre un desastre.
En este ámbito, el Comité de Expertos de UN-GGIM también ha desarrollado lineamientos para orientar a los países, a través de su Grupo de Trabajo en Información y Servicios Geoespaciales para Desastres. Este equipo, integrado por especialistas de diversos países, elaboró un documento llamado “Marco Estratégico en Servicios e Información Geoespacial para Desastres”, el cual propone un conjunto de recomendaciones, en torno a cinco prioridades de acción: gobernanza, fortalecimiento de capacidades y creación de conciencia, gestión de datos, uso de infraestructuras comunes y movilización de recursos.
A partir de estas cinco prioridades de acción el Marco Estratégico establece en términos generales que los países deben contar, al amparo de su infraestructura nacional de datos geoespaciales, con una gobernanza que defina los roles y responsabilidades de los organismos involucrados en la gestión de información geoespacial requerida; una red operativa de nodos proveedores de datos geoespaciales nacionales e internacionales; y una plataforma centralizada para desplegar esta información y apoyar la gestión de las oficinas nacionales de emergencia, antes, durante y después del momento en que ocurre un evento.
En el caso de Chile, la Infraestructura Nacional de Datos Geoespaciales cuenta con un grupo de trabajo especializado en estas materias, que se activa al momento de ocurrir un desastre. Existe un inventario de los datos geoespaciales que deben estar disponibles y también un protocolo que ordena la participación de diversos organismos públicos en las distintas fases de la atención al desastre. Creo que es importante que los países intercambien buenas prácticas sobre la forma en que la comunidad geoespacial presta apoyo a esta problemática prioritaria en el mundo entero. Desde la CEPAL estamos entregando los mensajes del Marco Estratégico en Información y Servicios Geoespaciales para Desastres y apoyando al Grupo de Trabajo de Desastres del Comité Regional de Naciones Unidas en Gestión Global de Información Geoespacial, UN-GGIM: Américas.
Al momento tuvimos la posibilidad de escucharte en las últimas dos Jornadas de IDERA ¿Qué experiencias enriquecedoras te llevas de Argentina frente a los desafíos planteados en las mismas referidos a nuevos horizontes y a la consolidación de un marco integrado de información geoespacial?
Creo que uno de los aspectos que más me llamó la atención en todas las reuniones de la IDERA en que he participado (presencialmente en tres a esta fecha) es el tamaño y la energía de la comunidad geoespacial. En mi visión, este es uno de los mayores activos con los que puede contar un país para hacer avanzar en la implementación de su IDE o su iniciativa nacional geoespacial.
Otro elemento que me parece muy relevante es el rol de las jurisdicciones y el nivel de avance que muestran algunas IDEs provinciales. Es interesante ver cómo los países enfrentan este desafío, cada uno desde sus propias circunstancias y particularidades, en este caso la Argentina y su esquema federal. Realmente felicito el desarrollo de la IDERA y la visión de sumar e integrar la contribución de los ministerios y organismos públicos y a las jurisdicciones en un gran cuerpo nacional.
Un tercer aspecto muy positivo de la IDERA es la diversidad de grupos de trabajo y cómo estos grupos tienen un correlato con las vías estratégicas del UN-IGIF. Con la excepción de financiamiento, todas las otras temáticas están siendo abordadas. Creo que aquí el desafío, tal como se ha visualizado desde la IDERA, es fortalecer el plan estratégico nacional incorporando nuevos objetivos, tareas y organismos responsables en todas las vías estratégicas del UN-IGIF, manteniendo la estructura actual de grupos de trabajo, pero actualizando y enriqueciendo la planificación de cada uno.
En el marco de tu trabajo en la CEPAL ¿Como se piensa la trazabilidad de los datos espaciales con la información estadística? ¿Qué acciones se están llevando adelante en América Latina en general y en Argentina en particular?
La integración de la información geoespacial y estadística es también un tema de altísima prioridad a nivel planetario. Tanto la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas como el Comité de Expertos de UN-GGIM ha redoblado esfuerzos para guiar el trabajo conjunto y colaborativo de la comunidad estadística y geoespacial, para aumentar la disposición de datos estadísticos desagregados en el territorio, como un insumo para la toma de decisiones y la formulación, ejecución y seguimiento de políticas públicas. Lo anterior, con un foco en la ronda 2020 de los censos de población y vivienda y la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.
Para canalizar los esfuerzos señalados, al amparo de UN-GGIM y la Comisión de Estadísticas de Naciones Unidas, se constituyó un Grupo de Expertos con la misión prioritaria de elaborar lineamientos globales para entregar a los países en estas materias. Es así como se generó el Marco Global Estadístico Geoespacial, como documento rector que entrega directrices para la integración de información estadística y geoespacial, agrupadas en cinco principios: el uso de datos geoespaciales para dar soporte a procesos de geocodificación; la administración de los datos estadísticos geocodificados en un ambiente de gestión de bases de datos; el uso de geografías comunes para la diseminación de datos estadísticos geocodificados; el uso de estándares estadísticos y geoespaciales para facilitar la interoperabilidad; y el acceso y uso de datos geoespaciales mediante plataformas tecnológicas y políticas.
Desde la CEPAL, nuestra misión es apoyar la implementación de este Marco Global en los países. Para ello, tenemos una línea de asistencia técnica permanente y proyectos en marcha que tienen como propósito apoyar estos trabajos.
Por ejemplo, acabamos de finalizar proyecto financiado por la Unión Europea y con el apoyo técnico de EUROSTAT, para implementar geoportales en las oficinas nacionales de estadísticas de siete países objetivo en la región. A través de este geoportal se pretendía aportar a la gestión interna de los datos institucionales, mejorar las capacidades de análisis territorial y posicionar a las oficinas de estadística como nodos relevantes en las infraestructuras nacionales de datos geoespaciales. Argentina fue uno de los países objetivo, en este caso a través del INDEC.
Igualmente tenemos en curso otro proyecto para fortalecer capacidades en los procesos de integración de información estadística y geoespacial, enfocado en la implementación a nivel nacional, del Marco Global Estadístico Geoespacial en cinco países objetivo, que también incluyen a Argentina. En este caso se ha estado trabajando el Instituto Geográfico Nacional y el INDEC. Lo que se pretende lograr aquí es generar una hoja de ruta compartida por estos dos organismos y otros relacionados, para dar sostenibilidad en el tiempo a la integración de los datos estadísticos y geoespaciales sobre la base de acuerdos institucionales y técnicos.
Por último, según tu opinión ¿Consideras que es valiosa la democratización de la información geoespacial? ¿Qué contribuciones puede aportar a la ciudadanía? ¿Y a la construcción de políticas públicas?
Por cierto, me parece que el acceso expedito, abierto y oportuno a los activos de información geoespacial genera valor en varias direcciones. Para los estados, considero que publicar información geoespacial significa un ejercicio de transparencia activa, mediante el cual diversos organismos en vez de recibir una consulta sobre una temática específica disponen su información a través de plataformas interactivas para la consulta de los ciudadanos.
Una segunda línea de beneficios está relacionada con la toma de decisiones y las políticas públicas. Aquí la información geoespacial entrega argumentos técnicos para la definición de localizaciones óptimas y para la focalización de políticas con criterios de equidad sobre el territorio.
Por ejemplo, la definición de la localización óptima de una escuela necesitará como insumo información geoespacial sobre el emplazamiento de la población en su futura área de influencia, incluyendo atributos sobre rangos etarios, niveles de escolaridad, condición socioeconómica y otros. También será necesario conocer el emplazamiento de otras escuelas, el número de alumnos matriculados y el nivel de deserción escolar. Igualmente, la zonificación de usos de suelo establecidas por el instrumento de planificación urbana que rija en los territorios sobre los cuales se está proyectando la construcción de dichas escuelas. Todos estos datos, administrados como capas o niveles de información, pueden ser objeto de procesamientos a través de un Sistema de Información Geográfica, posibilitando la intersección de geometrías y datos, entregando como respuesta un conjunto de localizaciones que dan satisfacción a los requerimientos formulados por el proyectista de la escuela en estudio.
Una tercera línea de beneficios está relacionada con el uso de información geoespacial para la toma de decisiones cotidianas. Por ejemplo, para la compra o el arriendo de un lugar para vivir, una persona puede consultar información sobre la ubicación de las áreas de riesgo natural, la cercanía de calles de alta circulación, el emplazamiento de centros de atención de salud, supermercados, escuelas, farmacias, estaciones de policía, y otros centros de servicios que puedan ser de su interés o potencialmente influir en su selección.
Y así, se pueden sumar varios ejemplos más, relacionados con el uso de la información geoespacial en el sector privado, para aumentar la eficiencia y la rentabilidad de las empresas. En el ámbito electoral, para guiar las estrategias de campaña; en el ámbito de la seguridad, para hacer más efectivo el combate a la delincuencia, y muchos otros.