Jornadas virtuales SIG e IDE 2024
16 de mayo de 2024El CADIC se suma a los adheridos de la IDETDF
27 de mayo de 2024Colaboración:
Lic. Camila Cantero
Mgter. Arq. Rocío Segovia
El turismo antártico ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas, atrayendo a viajeros de todo el mundo a explorar sus paisajes y biodiversidad única. Este incremento en la afluencia turística ha planteado importantes desafíos para la conservación del medio ambiente antártico y la logística de su acceso y visita. En este contexto, la generación y el análisis de datos se han convertido en herramientas cruciales para gestionar el impacto del turismo. A través de la recopilación de datos detallados sobre las visitas, los movimientos de los turistas y las interacciones con la fauna y flora local, los científicos y responsables de políticas pueden diseñar estrategias efectivas para minimizar el impacto ambiental y garantizar que el turismo en la Antártida sea sostenible y respetuoso con su ecosistema frágil.
Como experta en la temática, en esta ocasión presentamos a la Dra. Marisol Vereda. Marisol Vereda nació en Buenos Aires donde vivió hasta graduarse de Licenciada en Turismo en la Universidad de Morón. Luego llegó a vivir a Ushuaia, donde reside desde 1987. Trabajó como guía de turismo y comenzó su recorrido en la docencia universitaria como Auxiliar de Primera en la, entonces, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco desde 1988 hasta acceder al cargo de profesora titular en la Universidad Nacional de Tierra del Fuego en la carrera de Turismo.
Sus formaciones de posgrado se orientaron a la Educación Superior, en la Universidad Nacional de la Patagonia SJB, a la Gestión Pública del Turismo en el marco de una Maestría en España, en la Universidad de Andalucía, y por último un doctorado en Geografía en la Universidad Nacional del Sur. En la actualidad, dirige la Maestría en Estudios Antárticos en la UNTDF. Además, desde hace varios años es directora de proyectos de investigación que abordan temas sobre turismo de naturaleza, turismo antártico y puertas de entrada a la Antártida. En paralelo, participa en las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico desde 2010 como integrante de la Delegación Argentina y con su equipo de investigación elabora los informes técnicos que nuestro país presenta en este foro multilateral.
Formó y forma parte de distintas redes nacionales e internacionales sobre estudios antárticos y de turismo, como el Comité de Estudios Antárticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, la Comisión de Nombres Geográficos del Centro Argentino de Cartografía, la red internacional de investigación de turismo polar [International Polar Tourism Research Network, IPTRN], entre otros. Integró equipos de investigación de otras universidades que trabajan temas polares, y en 2022 fue nombrada académica de número por la Academia Argentina de Turismo.
Por último, nos cuenta que el grupo de investigación sobre turismo antártico y espacios remotos de la UNTDF, del que forma parte, ha crecido en cantidad de participantes, todas destacadas investigadoras con diferentes perfiles y pertenecientes a distintos campos disciplinares que enriquecen el trabajo cotidiano con miradas diversas y entusiasmo renovado y que también el grupo ha crecido en los logros alcanzados y en las vinculaciones que mantiene con distintos representantes del ámbito público y privado.
Marisol podés contarnos cuál fue tu motivación para especializarte en temas antárticos y trabajar en Tierra del Fuego
Mi interés por el turismo antártico y la Antártida en general se asocia a mi primer momento en Tierra del Fuego trabajando como guía de turismo. Al desempeñarme en ese rol (que me encanta y forma parte de mi personalidad, sin duda) tuve la oportunidad de estar muy cerca de los visitantes antárticos, compenetrándome muchísimo con sus expectativas y, al regreso del viaje, con el relato de sus experiencias. Me llamaban la atención las representaciones de los viajeros sobre la Antártida y esto ha hecho que me dedicara a estudiar de qué se trataba ese lugar. Con posterioridad tuve la oportunidad de viajar y mis motivaciones por todas las aristas que se desprenden de la Antártida se multiplicaron. Por otra parte, pude canalizar toda esta curiosidad y ganas de seguir formándome en estos temas de la mano de colegas de la Universidad, con María Elena Daverio y Marie Jensen empredimos nuestra gran “aventura antártica”, intentando generar distintos espacios para aproximarnos a las temáticas antárticas que despertaban tando interés en nosotras.
¿De qué manera ha evolucionado el turismo en la Antártida en los últimos años? ¿Hay alguna tendencia emergente que esté impactando en la forma en que se llevan a cabo las expediciones?
El turismo antártico marítimo (la modalidad que involucra la mayor cantidad de flujos turísticos) comenzó promovido por nuestro país en 1958, a bordo del buque ARA Les Eclaireurs, utilizando a Ushuaia como puerta de entrada a la Antártida. A partir de allí, el turismo antártico se ha desarrollado, pasando por distintos periodos. Unos 30 años fueron necesarios para su consolidación en la década de 1990, momento en que Ushuaia se transforma en la puerta de entrada más activa a la Antártida para el turismo marítimo.
La industria anunció el crecimiento significativo de la actividad a partir de 2017, en parte por los buques que se estaban botando con una capacidad mayor que los que se estaban utilizando hasta ese momento, en particular los buques de la Academia de la Ex Unión Soviética que quedaron en disponibilidad durante los ’90 y que fueron charteados por operadoras turísticas para viajes polares. Estos buques comenzaron a ser reemplazados y, junto con la promoción de las operadoras, se inició el crecimiento de este último periodo, pero fue interrumpido por la pandemia. A partir de la temporada pasada, 2022/2023, se observa un franco crecimiento de estos flujos turísticos que durante la temporada mencionada, resultaron en un total de 96.274 visitantes que conocieron la Antártida a través de Ushuaia.
En relación con tendencias emergentes, se observa la diversificación de actividades, la disponibilidad de alta tecnología en muchos buques para contar con distintas experiencias y prácticas científicas que se realizan con los pasajeros, actividad denominada “ciencia ciudadana”.
¿Cómo crees que el turismo en la Antártida puede equilibrar el deseo de explorar y experimentar con la necesidad de preservar este frágil ecosistema?
Este es el tema de discusión en todas las reuniones que se trata la cuestión del turismo antártico y que lleva a realizar distintos abordajes sobre el estudio de este tipo de turismo. En general, el perfil del visitante antártico se encuentra definido por personas que cuentan con una gran experiencia en viajes, con estudios de posgrado y/o vinculados con la ciencia, con un alto poder adquisitivo, entre otras cuestiones, y con una motivación muy fuerte relacionada con ambientes remotos y/o extremos. Muchos de ellos ven a la Antártida como el último lugar en el mundo que conserva ciertas características y, claramente, como un espacio que encierra cuestiones únicas, por ejemplo, su gobernanza, más allá de la naturaleza. Entre algunas manifestaciones para definir ciertas motivaciones se encuentra una categoría, la de “turismo de última oportunidad” que, de alguna manera, explica esta relación con la preservación del ecosistema. De todos modos, este es un tema que requeriría una charla en sí misma.
¿Cómo es tu paso por la geomática? Y en esta línea ¿Qué tecnologías específicas, dentro del campo de la geomática, ha encontrado más útiles en su desarrollo profesional?
Mi obsesión por los mapas me ha llevado a realizar muchos cursos para poder realizar los propios. Luego, durante mi tránsito por el doctorado en geografía, cursé materias de cartografía que complementé con cursos de posgrado más específicos. No obstante, considero que mi conocimiento al respecto es limitado en relación con las herramientas tecnológicas, restringiéndome a trabajar en el ámbito de los SIG con el software Qgis.
Sin embargo, siento que me encuentro muy vinculada con la especialidad dado que formo parte de la Comisión de Nombres Geográficos del Centro Argentino de Cartografía. En este sentido, me gustaría resaltar que en dicha Comisión se trabaja de forma muy conciente sobre la importancia de los datos geoespaciales y nos encontramos comprometidas con distintos análisis y desarrollo de propuestas. Consideramos de especial importancia la inclusión de los Nombres Geográficos en las bases de datos de las IDE, por ejemplo, como forma de valorar su relevancia tanto como dato espacial y como patrimonio cultural inmaterial. Estoy particularmente agradecida a Adriana Vescovo quien nos ha convocado a conformar dicha Comisión.
Podés contarnos cómo ha sido la experiencia en la recopilación de datos geoespaciales específicos para el estudio de la geodiversidad en la región, y en está línea qué fuentes de datos son especialmente valiosas.
Por un lado, la información geoespacial que provee el Instituto Geográfico Nacional resulta esencial como así también la que se obtiene del Servicio Hidrológico Nacional, en especial sobre las islas del Atlántico Sur y el Sector Antártico Argentino.
Por otro lado, existe una colección denominada “Quantarctica”, de acceso libre, que reúne todo un conjunto de datos geográficos sobre la Antártida, de todo el continente a partir de una proyección estereográfica polar. En este caso, se trata de información que incluye mapas base, imágenes satelitales, datos de glaciología, geofísica, etc., es información aportada por distintos grupos de investigación, organizaciones, entre otros. En este caso, es importante recordar que resulta necesario revisar información sensible para nuestra área de estudio, sobretodo relacionada con la toponimia.
¿Qué desafíos presenta la cartografía de la Antártida en comparación con otras regiones del mundo, y cómo se relaciona con temas de soberanía?
Creo que es sumamente importante que como investigadores podamos reconocer qué datos responden a la intencionalidad de otros países sobre cuestiones de soberanía y de reinvindicaciones territoriales. En este caso, me interesa resaltar la importancia del conocimiento para ayudarnos a tomar las mejores decisiones.
¿Cuáles consideras que son los principales desafíos en la generación y análisis de información geoespacial para tu área de especialización en Tierra del Fuego?
Creo que es fundamental la generación de datos propios, que surjan como resultados de investigación de los diferentes grupos vinculados a distintas áreas temáticas. El conocimiento nos ayuda a ser soberanos.
Por último, según tu opinión ¿Consideras qué es valiosa la democratización y accesibilidad de la información geoespacial? ¿Qué contribuciones puede aportar a la ciudadanía? ¿Y a la construcción de políticas públicas orientadas a sus temas de interés?
Es fundamental garantizar el acceso a la información y es, además, un deber del Estado democratizar ese acceso. Considero también importante señalar que, en la medida en que los distintos actores del territorio se articulen y colaboren entre sí, se puede generar un volumen de información de importancia estratégica para la región y el país.
¿Quéres contactarte con Marisol por alguno de estos temas? Escribile a mvereda@untdf.edu.ar